Filtración final del vino
El objetivo de la filtración final del vino es garantizar la eliminación de organismos alterantes del vino capaces de producir refermentación, sabores desagradables o turbidez tras el embotellado. Algunos de los organismos deteriorantes del vino más comunes incluyen levaduras, bacterias lácticas y bacterias acéticas.
Como los filtros finales para vino actúan en la última etapa de filtración antes del embotellado, forman parte del paso más importante del proceso y ayudarán en definitiva a proteger la marca.
Por lo general, los filtros finales para vino se describen según el tamaño de poros, 0,45 µm o 0,65 µm. Como el tamaño de poros no indica la disminución de microorganismos, esta filtración final del vino se debe validar en función de la reducción de bacterias y levadura en cuanto a microorganismos específicos del vino.
El término empleado para describir esta retención es LRV (Valor de Reducción Logarítmica). La diferencia entre los valores de retención logarítmica se muestra en la siguiente tabla.
Los filtros finales para vino también deben poder ser sometidos a pruebas de integridad. La prueba de integridad al no ser destructiva se encuentra vinculada con el rendimiento del filtro y como tal garantiza que el filtro funcione según lo esperado en la aplicación.
Valor de reducción logarítmica Vs. Riesgo de Contaminación
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